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Selvas H�medas
“Los trópicos son lugares en donde la vida en la tierra alcanza su más
alta expresión, en donde los sistemas son mas ricos en número de
especies y dónde la biodiversidad alcanza su mayor complejidad”.
Thomas E. Lovejoy
World Wildlife Fund (del libro Tropical Nature por Adrian Forsyth y Ken Miyata, 1984)
Algunos les llaman trópicos, otros selvas húmedas y otros bosques
tropicales; pero todos están relacionados, son sitios en donde llueve
en grandes cantidades y las temperaturas, en general, se mantienen
constantes durante todo el año. El color predominante es el verde y las
hojas de las plantas y árboles son grandes. La esencia de éstas áreas
está en las interacciones, cadenas alimenticias y las mutuas
interdependencias.
¿Dónde se encuentran los trópicos?
Su ubicación geográfica en el planeta no es una casualidad
inexplicable. Veamos brevemente como funciona nuestro planeta en el
universo; cada día la tierra rota una vez sobre su eje y viaja
alrededor del sol una vez al año. Esto resulta en que cada punto de la
tierra recibe la misma cantidad de luz en un año, aproximadamente 4,380
horas por año. Esto es lo mismo para las regiones polares como los
desiertos.
La diferencia en temperaturas y clima a lo largo del año se explica por
la inclinación de la tierra con respecto al sol. Esto hace que las
zonas templadas cercanas a los polos reciban rayos solares a un mayor
ángulo (es decir más dispersos) que las zonas ubicadas mas o menos a la
mitad del planeta, entre el Trópico de Cáncer (al norte, pasa por
México a la altura de la punta sureña de la Península de Baja
California hasta el centro de Tamaulipas) y el Trópico de Capricornio
(al sur pasa por Perú y Brasil).
Es precisamente entre estas dos latitudes donde los rayos del sol
llegan en un ángulo más perpendicular, es decir, más directo que sobre
las zonas templadas cercanas a los polos. La energía depositada en
estas zonas penetra con mayor intensidad. Aquí están los ecosistemas
terrestres mas eficientes en cuanto a la transformación de energía
solar a biomasa (masa total de los seres vivos que subsisten en
equilibrio en un sitio específico) . En esta franja se encuentran los
trópicos de todo el mundo (ver diagrama)
En los trópicos de México predominan dos tipos de vegetación: las
selvas altas perennifolia y las selvas medianas. Las primeras son
selvas siempre verdes con árboles que nunca pierden las hojas, por eso
tienen la palabra perenne que significa “para siempre, eterno”. Se
desarrollan en regiones con lluvia continua (9 a 12 meses del año). Las
selvas medianas se desarrollan en zonas con menos lluvia (7 meses del
año), por lo que el 25% de las especies de árboles pierden las hojas en
la sequía. Ambas selvas pueden describirse como selvas húmedas.
Las selvas húmedas de México ocupaban alrededor de 220,000 kilómetros
cuadrados (11% de la superficie total del país) antes de la llegada de
los españoles. El límite de distribución al norte, en lo que alguna vez
fue una franja continua de selva, se encontraba en San Luis Potosí y
Puebla. En el centro abarcaba los estados de Veracruz y Tabasco y al
sur partes importantes de Oaxaca y Chiapas hasta la frontera con
Guatemala. Desafortunadamente, en la actualidad sólo queda alrededor
del 10% del total original nuestras selvas húmedas, debido a las
prácticas de desmonte, ganadería y colonización.
El origen de las selvas húmedas en México se remonta a las selvas del
período cretácico (hace 144 millones de años), antes de que nuestro
país adquiriera su contorno actual y cuando formaba parte del
super-continente llamado Gondwana. Una evidencia de lo anterior es la
presencia en México de un marsupial llamado tlacuache; aún cuando la
mayoría de los marsupiales viven en Sudamérica y Oceanía, ésta especie
curiosamente sigue presente en nuestro país aún al estar alejado por
miles de kilómetros de sus parientes australianos (de la Maza, Natura
Mexicana, 1996).
Actualmente se reconocen dos centros de diversificación de las especies
que componen las selvas actuales. Uno de ellos se denomina “Amazonia” y
se ha indicado que puede ser el origen de todos los árboles y lianas;
el otro se encuentra en los Andes y originó plantas mas pequeñas como
palmas, arbustos o epifitas (plantas que crecen sobre otras).
La formación de puentes centroamericanos hace 54 millones de años
permitió el paso de especies de norte a sur y sur a norte con lo cual
se enriquecieron las selvas aún más. En este periodo las selvas
ocupaban una franja sólida en México desde Chiapas hasta Tamaulipas.
Posteriormente, durante las glaciaciones de la época del pleistoceno
(hace 2 millones de años), las selvas se contrajeron y persistieron en
lo que ahora llamamos refugios de selva.
Una vez que las temperaturas aumentaron después de la última
glaciación, estos refugios sirvieron como centros de dispersión de
especies; sin embargo, su aislamiento también originó procesos de
evolución de nuevas especies, otorgando a las selvas de México
características únicas y distintas a las de las selvas amazónicas. Un
ejemplo lo encontramos en algunas especies de mariposas que son
características de ciertos refugios.
En México, las zonas más importantes que refugiaron selvas tropicales
durante los 80,000 años que duraron las condiciones adversas fueron la
Selva Lacandona, la región del Soconusco en Chiapas y las regiones de
Chimapalas y Loxicha en Oaxaca.
El funcionamiento ecológico de las selvas húmedas es sumamente
interesante. Lo primero que hay que considerar es que en estas selvas
llueve prácticamente todo el año. Por una parte, esto permite el
crecimiento exuberante de las plantas dado que el agua no es un factor
limitante en este ecosistema.
Sin embargo, el constante flujo de agua a través del suelo y luego en
arroyos hasta grandes ríos como el Usumacinta en Chiapas, representa un
arrastre constante de nutrientes fuera del sistema selva. Esta
situación ha provocado que las adaptaciones de las plantas consideren
mecanismos para captar nutrientes lo más pronto posible antes de que
sean arrastrados por el agua o de que otro organismo se los apropie
primero. La exhuberancia de la selva está aunada a una competencia
brutal por espacio y nutrientes.
¿De qué nos sirven las selvas húmedas? Es decir, ¿qué servicios ambientales proveen?
Los servicios ambientales de las selvas son muchos entre los que se encuentran:
Protección contra la erosión: la acumulación de suelos por la sola
presencia de las selvas en su estado natural permite que se reúna
materia orgánica en los suelos y se evite que las lluvias se lleven los
nutrientes o exceso de asolve hacia otros sitios fuera de la región.
Agua: en las selvas se captura, retiene y libera lentamente el agua de
lluvia y evita que corra ésta corra llevándose valiosos nutrientes y
así evitan la erosión. Esto nos permite tener agua para riego, para
consumo y para generación de electricidad.
Generación de oxígeno: un tema de reciente importancia en el mundo es
el calentamiento global, que se refiere a la emisión de gases de
bióxido de carbono (CO2), provenientes de fábricas, automóviles,
aviones y muchas otras actividades humanas. Estos gases calientan la
atmósfera y provocan cambios en temperaturas, ciclos hidrológicos y
alteran el clima en general. Las selvas mediante el proceso de
fotosíntesis captan ese bióxido de carbono de la atmósfera y como
producto secundario liberan oxígeno. El servicio que nos brindan las
selvas húmedas es el de captar gases nocivos y regresarnos oxígeno
esencial para vivir.
Otro servicio que nos aportan las selvas húmedas son los recursos
alimenticios y medicinales: plantas y animales aprovechados como
alimento y medicinas.
En las selvas húmedas habitan enormes cantidades de especies de flora y
fauna quienes cuentan con mecanismos de supervivencia adecuados para
vivir en un sistema con muchos competidores por el alimento. Se ha
calculado que existen 267 especies de plantas, incluyendo 160 especies
solamente de árboles en una sola hectárea de la selva lacandona. La
selva lacandona se ubica en la parte sur del estado de Chiapas y aunque
contiene pequeñas porciones de otros tipos de vegetación, predominan
las selvas húmedas.
Además de la enorme variedad de plantas, las selvas húmedas contienen
muchísimas especies de animales. Tan solo en la Selva Lacandona se han
identificado 345 especies de aves y 114 de mamíferos (Natura Mexicana,
Áreas Protegidas, 1998). De las especies de aves, 47 son
norteamericanas y migran durante el invierno a la Lacandona. En la
Selva de los Tuxtlas en Veracruz se reportan 45 anfibios, 117 reptiles
y 128 mamíferos.
En términos generales los animales más sobresalientes, sin olvidar que
cada región de selva tiene sus particularidades y especies que no son
idénticas para cada uno, son:
Mamíferos: Jaguar, jabalí, tapir, mono aullador, (saraguato), mono
araña, ocelote, jaguarundi, tejón, martucha, viejo de monte, tigrillo,
murciélago, jabalí de labios blancos, tlacuache, temazate, mico de
noche, oso hormiguero, puerco espín, tepezcuintle, roedores, conejos,
ardillas.
Aves: Aguila arpía, guacamaya roja, tucán, hocofaisán, pavo ocelado,
calandria, loros, pericos, trogones, buhos, pájaro momoto, martín
pescador, pájaro carpintero, mosqueros, papamoscas, golondrinas,
tordos, zanates.
Reptiles: Nauyaca real, tortuga blanca, tortuga jicotea, iguana,
serpiente bejuquillo, rana arborícola de manchas azules, coralillo,
víbora cantíl, boa, tortuga lagarto, cocodrilo, turipache.
Insectos: Mariposas, escarabajos, hormiga arriera, termitas. |
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