Cuidar un país implica conocerlo. Pero, ¿qué cuidar? ¿ por dónde empezar ?
Solo con información reciente acerca de la importancia de los sitios,
de sus amenazas, sus potenciales y riquezas se pueden identificar las
regiones prioritarias para la conservación.
Desde 1996, instituciones mexicanas y extranjeras han desarrollado
ejercicios de definición de prioridades de conservación en México.
Dichos trabajos han sido encabezados por la Comisión para el
Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO). Esta institución
gubernamental fue creada para cumplir con la importantísima tarea de
reunir información sobre los recursos naturales de México y proponer
estrategias para lograr su protección y conservación.
En noviembre de 2000 la CONABIO publicó el libro “Regiones Terrestres
Prioritarias de México” en donde se proponen 151 áreas de la república
mexicana como las más relevantes en cuanto a diversidad de especies y
con el mejor estado de conservación. Imagínate un mapa de México y
ahora ubica 151 espacios en donde están el mayor número de especies de
plantas y animales y esas son las que prioritariamente debemos cuidar.
El mapa real lo puedes consultar en la página web www.conabio.gob.mx
En el estudio de CONABIO únicamente se mencionan 9 áreas prioritarias
relacionadas a selvas húmedas y desafortunadamente se debe a que queda
menos del 10% de selvas altas perennifolias (siempre verdes) y un
porcentaje ligeramente más alto para selvas medianas en México.
Algunas de las zonas mencionadas por CONABIO cuentan parcialmente con
algún estado de protección como Lacandona (Chiapas) , Sian
Ka’an-Uaymil-Xcalak (Quintana Roo) y Silvituc-Calakmul (Campeche) ya
que son áreas naturales protegidas.
Sin embargo existen áreas que requieren atención y protección como las siguientes:
Sierras del norte de Oaxaca-mixe en Oaxaca, Puebla, Veracruz: por la
topografía del lugar aquí existen importantes zonas de bosques
mesófilos (20%), selva alta perennifolia (22%) y bosques de pino (29%).
Se considera urgente su protección porque tiene presiones por
construcción de caminos, extensión de ganadería y extracción poco
controlada de variedades de madera.
Selva Zoque – La Sepultura en Chiapas: aunque en La Sepultura se tiene
un área protegida es necesario conectar un gran macizo de vegetación de
diversos tipos, en donde sobresale la selva alta perennifolia cubriendo
el 56% de la zona, seguida de bosque de pino con 20% y selva baja con
6%. Ahí se han detectado la mayor diversidad de especies de árboles y
una de las mayores de mamíferos. Esta zona se encuentra bajo diversas
amenazas como son la construcción de una carretera federal y la
plantación ilícita de estupefacientes.
Lacandona: es una región crucial por contar con la mayor riqueza
biológica del país con 800 especies de mariposas, 116 especies de
mamíferos y 341 especies de aves. Es uno de los últimos sitios de selva
alta perennifolia de México y en ese espacio se protege el 90% de las
especies tropicales húmedas de México. Es un sitio estratégico de
recarga de agua ya que ahí se encuentran 18 cuencas que a su vez
alimentan al río Usumacinta.
Río Hondo en Quintana Roo: su importancia radica en la diversidad de
especies y por ser un corredor biológico entre el sur de la península
de Yucatán, Belice y Guatemala. Es la fuente de agua para el sur de
Quintana Roo y el norte de Belice. Se encuentra bajo presión de
creación de nuevos asentamientos, incremento en proyectos de
agricultura y ganadería motivados por los gobiernos de los estados
quienes tienen conflictos por límites estatales.
Lo que queda de selvas húmedas en México debe protegerse a través de
estrategias que concilien entre los legítimos intereses de los
pobladores locales y la protección del patrimonio natural de todos los
mexicanos.
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