Aprovechamientos sustentables |
Probablemente el mayor valor que nos ofrecen los mares son su
existencia misma. Por su extensión y características físicas, los mares
son reguladores climáticos, captadores de energía solar y generadores
de compuestos orgánicos para la vida en el planeta. Los mares ocupan el
70% de la superficie terrestre y sin ellos la Tierra sería un planeta
muy diferente y tal vez inhabitable como lo conocemos actualmente. Las
ciencias atmosféricas y oceanográficas han entendido la dinámica marina
y sus efectos en nuestro medio ambiente desde hace varias décadas. Sin
embargo apenas hace unos 20 años se empezó a considerar que el mar nos
provee de una serie de servicios ambientales que impactan nuestras
economías. Los servicios ambientales pueden y deben ser valorados y su
valor debe incorporarse en las economías mundiales y nacionales.
Uno de los servicios ambientales de los que nos provee el mar es la
generación de oxígeno, producto de la fotosíntesis del fitoplancton. El
oxígeno permite la vida en la Tierra y en las comunidades marinas, lo
cual permite contar con poblaciones de peces y otros organismos de los
que nos alimentamos.
La captación de carbono disuelto en los mares y la atmósfera es también
un importante servicio ambiental que provee el mar. El oxígeno disuelto
en el agua y en la atmósfera en la forma de dióxido de carbono es
utilizado por el fitoplancton y otras algas para el procesamiento de
sus compuestos vitales y estructurales. La captura del carbono disuelto
es un proceso necesario que contribuye a mantener las temperaturas
globales y la composición química del agua marina y las zonas costeras.
Finalmente, uno de los servicios ambientales más importantes que
proveen los mares es la recreación para los seres humanos. Por su valor
paisajístico y sus atractivas formas de vida el mar atrae miles de
personas a sus playas y costas. El turismo en México en gran medida
gira alrededor de sus playas y zonas costeras en las que el público
encuentra una alternativa para divertirse y relajarse. La pesca
deportiva, el buceo, la observación de ballenas, el deslizamiento en
las olas y el coleccionismo de conchas son solo algunos ejemplos de las
actividades que llevamos a cabo en el mar y que representan importantes
beneficios económicos.
El mar también es fuente de aprovechamientos económicos que generan
productos útiles para los humanos, aunque a veces a un alto costo
ambiental por el impacto negativo. El más obvio es la generación de
alimento a través de su riqueza de especies comestibles. La pesca ha
existido probablemente desde los orígenes del ser humano y se ha
diversificado y tecnificado de acuerdo con las necesidades y
creatividad del hombre. Lo que primero empezó como la simple
recolección de moluscos en las costas rocosas después cambió a la pesca
con lanzas. Posteriormente el uso de trampas y redes de manufactura
doméstica pasaron a dominar el escenario. La invención de la
navegación, primero en canoas o troncos hasta embarcaciones mayores
tuvo un tremendo impacto en la pesca y aumentó los niveles de captura.
Hoy en día el mundo cuenta con grandes flotas pesqueras, muchas de
ellas operando en aguas internacionales lo que genera enorme
competencia y debate sobre la pertinencia de estas flotas, sus límites
de captura y zonas o recursos prohibidos. México cuenta con una
importante flota atunera, una de las más modernas del mundo. También
cuenta con una enorme flota camaronera y con un importante número de
embarcaciones dedicadas a la pesca de la sardina y anchoveta.
Adicionalmente, en México existe un importante número de embarcaciones
ribereñas operadas por comunidades pesqueras. Todos ellos compitiendo,
en muchos momentos por un recurso cada vez más limitado.
Por otra parte, el uso de artes de pesca inadecuados tiene un tremendo
impacto en los ecosistemas marinos y cada vez rinden menos resultados
económicos a sus dueños. El mejor ejemplo de esto lo constituyen las
redes de arrastre por la pesca del camarón con las que se arrasa con
los fondos marinos de la plataforma continental. El resultado es cada
vez menos camarón y una gran cantidad de fauna de acompañamiento
extraída en la forma de especies sin valor comercial que son nuevamente
arrojadas al mar.
Además de peces, la pesca de moluscos como el “callo de hacha” la “pata
de león” o de almejas, por ejemplo constituyen pesquerías importantes y
recursos vitales para muchas comunidades. La pesca de la jaiba y el
pulpo son otros ejemplos relevantes.
El ser humano actualmente también cultiva muchas de las especies
marinas que aprovecha. La acuacultura en sus diferentes modalidades
representa una importante fuente de trabajo y recursos.
Desafortunadamente algunas de las prácticas aplicadas tienen un alto
impacto en el medio ambiente como es el cultivo del camarón que altera
en forma significativa la dinámica de las regiones costeras.
La minería y la extracción de petróleo son otros elementos que provee
el mar. Por las características físicas del agua como solvente, una
gran cantidad de sales minerales se encuentran disueltas en el agua de
mar, principalmente el Cloruro de Sodio (NaCl). En ciertas regiones del
mundo y de México (Guerrero Negro en Baja California), las condiciones
costeras generan grandes zonas de desecación en la que el agua se
evapora dejando la sal en forma de cristales. Estas zonas han sido
aprovechadas desde hace miles de años por el ser humano como minas de
sal.
Desafortunadamente todos los mares se encuentran sobre-explotados y las
pesquerías han llegado a su límite. El ser humano está extrayendo más
recursos de los que es capaz la naturaleza de generar. De esta manera,
no se da oportunidad de recuperación a las poblaciones marinas.
|