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Aprovechamientos sustentables |
¿De qué nos sirven los bosques, es decir, cuáles son los servicios ambientales que nos proveen?
Los bosques son importantes productores del oxígeno que respiramos.
Esto se debe al proceso de fotosíntesis en el que las plantas y árboles
utilizan el carbono que esta disuelto en el aire en forma de dióxido de
carbono y lo depositan en sus tejidos; como producto secundario de este
proceso liberan oxígeno a la atmósfera.
Al llevar a cabo este proceso quitan carbono de la atmósfera el cual ha
ido aumentando por las industrias contaminantes o la quema de los
bosques. Los bosques, por lo tanto, son importantes reguladores de la
calidad del aire y disminuyen el calentamiento global.
Los bosques también nos proveen de agua, la cual captan de la atmósfera
al atraer la lluvia o captar la humedad del ambiente. Esto sucede
porque las zonas arboladas con bosques de las montañas detienen la
humedad que proviene generalmente del mar. Ahí se lleva a cabo una
acumulación de nubes cargadas de agua, quienes la liberan encima de
estas regiones.
Al contar con un buen sistema de filtrado a través del suelo, el agua
llega hasta los acuíferos en el subsuelo que a su vez son la cuna de
ríos y lagos de donde nos proveemos de agua. Generalmente los servicios
ambientales los tomamos como un hecho y no los valoramos.
En años recientes se han hecho esfuerzos por poner un valor a esos
servicios para que los usuarios lo paguen de manera justa y los
recursos generados sean invertidos en la conservación y manejo de las
áreas que los generan.
Tal es el caso de la ciudad de Saltillo, en donde recientemente se ha
instrumentado un mecanismo de pago-por-servicio de agua entre los
usuarios del agua y el sitio en donde se genera esta que es la Sierra
de Zapalinamé. De manera voluntaria los usuarios han acordado donar a
través de sus recibos de agua un monto que se destina a la conservación
y protección de la Sierra, logrando de tal manera “pagar” al ecosistema
el “servicio” de producción de agua.
Un solo árbol de los bosques de niebla en las montañas de Veracruz, es
capaz de captar y escurrir hasta 100 litros de agua por hora, a partir
de la humedad que capta del ambiente.
Además los bosques son importantes productores de suelo, es decir, a
través del proceso de interacción y desarrollo de especies se generan
deshechos (hojas, animales muertos, frutos, ramas) que al caer al suelo
y ser descompuestos por bacterias forman el suelo.
Este suelo, que se conoce en forma de tierra es el sustrato sobre el
cual crecen la gran mayoría de las plantas y sin el cual serían
imposibles los procesos de crecimiento y desarrollo de los bosques y
por lo tanto de los servicios ambientales que nos proveen.
Otro servicio valioso que recibimos de los bosques templados es la
recreación. Debido a su clima agradable y a su belleza escénica,
millones de mexicanos disfrutamos ir a los bosques en fin de semana. En
los bosques jugamos, hacemos deporte, exploramos y liberamos las
tensiones de la vida urbana.
Por todo lo anterior es claro que los bosques mejoran nuestra calidad de vida.
El aprovechamiento económico (usos) de los bosques templados, en
especial los de pino y encino, es una práctica que tiene miles de años
de antigüedad en México; desde la prehistoria y las primeras culturas
prehispánicas, hasta nuestros tiempos. El aprovechamiento de los
bosques ha sido un factor constante en el desarrollo del hombre, ya sea
nómada o sedentario.
Desde la época prehispánica los bosques han sido proveedores de
especies de los cuales se han producido durante cientos de años
artículos como medicinas, saborizantes, bebidas, colorantes, jabón,
insecticidas, fibras textiles, resinas, gomas, artesanías, perfumes y
estimulantes, entre otros.
La entrada de los españoles durante la conquista fue un factor que
disparó el aprovechamiento económico de los bosques a raíz de la
introducción de la ganadería, el desarrollo urbano y la minería
tecnificada.
Actualmente, la ganadería se encuentra extendida en todo el país y es
fuente de ingresos y alimento para muchas familias. La práctica del
libre pastoreo es común en los bosques lo cual tiene un efecto negativo
en estos al no permitir el “renuevo” (el crecimiento natural) de
especies silvestres. Además el suelo sufre compactación por las
constantes pisadas de los animales durante el pastoreo.
Para fines de extracción minera, especialmente durante la colonia, se
utilizó la madera como fuente de combustible para extraer plata, oro y
otros metales. La madera que más se utilizaba era de encino, aunque
también se usó la de pino. Grandes zonas fueron deforestadas con estos
fines. La ciudad de Pachuca, Hidalgo, antes rodeada de encinares, hoy
está circundada por zonas deforestadas y áridas a causa de las minas de
plata.
Los bosques también son surtidores de madera aserrada con la cual se
producen muebles, casas, juguetes y muchos otros productos; los bosques
también proveen pulpa para producir papel. El bosque nos provee también
de muchos otros productos llamados “no maderables” que son plantas
medicinales, hongos y tierra fértil como la llamada “tierra de hoja”.
En las zonas rurales de México y alrededor de sus ciudades existe una
extracción constante tipo “hormiga” de productos de los bosques que
luego son vendidos, legal o ilegalmente. El principal producto extraído
para autoconsumo es la leña, la cual representa la fuente de energía
calorífica más importante del país. Para las comunidades rurales la
leña representa el 80% de su fuente de energía y se estima que se
queman 17 millones de metros cúbicos de madera con este fin (Jardel,
1990).
Otros productos que se extraen son plantas medicinales, musgo para
adornar nacimientos, conos de pinos, tierra de hoja, hongos comestibles
y ramas para escobas. La extracción de la mayoría de estos productos no
está cuantificada pero representa un parte muy importante de la
economía en zonas rurales y sub-urbanas. También se extraen y se
venden, en forma ilegal, algunas cactáceas y animales como víboras,
lagartijas y aves.
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